Hace una semana un amigo me regaló esta pulserita que veis en la foto con un lema de Amnistía Internacional que dice “El mundo puede cambiar pero no va a cambiar solo”. Esta frase me encantó y desde ese día la llevo puesta con mucho orgullo.
Para que esto ocurra es necesario una mayor participación en algo que yo llamo “activismo”.
Quiero utilizar esta frase para hacer una breve y concisa reflexión que aquí os dejo en forma de pequeño artículo. Estoy seguro que somos muchxs lxs que deseamos un cambio hacia un mundo más cooperativo, más solidario, más saludable en contraposición al mundo competitivo, insolidario y enfermo en el que hoy vivimos, al menos una gran mayoría. Pero como dice en la pulsera, el mundo no va a cambiar solo. Para que esto ocurra es necesario una mayor participación en algo que yo llamo “activismo”.
El activismo es algo que llevo practicando desde hace unos 7 años, quizás demasiado intensamente, lo que reconozco que tampoco es bueno. Para mi el activismo consiste en actuar de acuerdo con los principios políticos que uno defiende, en mi caso la ecología política. En el activismo que practico hay mucho de búsqueda del bien común, creación de comunidad, asociacionismo, creación de redes,… y todo hacia un mundo decrecentista donde el hacer humano tenga una total interrelación positiva con el medio ambiente, se puede hacer sin destruir y en total consonancia con el resto de los seres vivos de este planeta y la madre naturaleza.
En la agenda del activista no solo hay activismo, aunque algunas veces lo parezca.
Durante este tiempo haciendo activismo, he conocido gente maravillosa, que dedica tiempo y energía en hacer este mundo mejor y para el bien común, aún sabiendo que reman a contracorriente, que nadie les va a agradecer lo que hacen y que son muy poquitas las personas que cogen los remos de este barco hacia un mundo mejor. Y me gustaría recordar que estas personas también tienen familias, trabajos y sueños por realizar. Me gusta recordar esto porque en la agenda del activista no solo hay activismo, aunque algunas veces lo parezca.
Y es aquí donde quiero volver al mensaje del principio: invitar a todo el mundo a practicar el activismo ecologista. Creo que a todxs nos vendría bien aportar un poquito de nuestro tiempo y esfuerzo al bien común. Así seríamos más haciendo menos, ya que en la actualidad somos unxs poquitxs haciendo mucho y no disfrutando tanto como se pudiera del camino. El activismo es una solución a la frustración de querer un mundo mejor pero quedarse en la queja y en la teoría. Además se conoce gente con la que compartir ilusiones y momentos inolvidables. También es una manera muy directa de ver ese cambio que unx desea. Aportar tu contribución al bien común es algo muy placentero y enriquecedor, es parte de nuestra esencia como seres sociales que necesitan vivir en comunidad.
Romu Benítez